A la luz del accidente ferroviario español en el que murieron 79 personas y casi 1.000 resultaron heridas en julio de este año, un reciente artículo de USA Today puso de manifiesto la preocupación por la aplicación de medidas de seguridad en los ferrocarriles interurbanos y de cercanías de EE.UU. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte investigó "15 accidentes en los que murieron 50 personas y 942 resultaron heridas" desde 2005. En 2008, el Congreso aprobó un proyecto de ley basado en las recomendaciones de la NTSB para equipar los trenes con tecnología que los obligara a frenar o detenerse si se consideraba que estaban fuera de control.
La fecha límite para la implantación de este equipo de seguridad se fijó en 2015, pero ahora se ha propuesto ampliar el plazo hasta 2020. ¿El motivo? Según los cuatro senadores que ahora proponen la ampliación del plazo, existen "dificultades con los aspectos técnicos del equipo, la verificación de su fiabilidad y su coste". El artículo de USA Today hacía referencia a tres de los accidentes incluidos en el informe de la NTSB y en los tres se señalaba la "fatiga" como factor. La fatiga y la eficacia de los empleados es algo que puede abordarse ahora. ¿Deben los operadores ferroviarios y los pasajeros esperar otros 7 años para que se apliquen medidas de seguridad?